Los que tenemos alrededor niños en edad escolar, yo soy abuela de dos niños de 4 y 8 años, nos revelamos cada vez que llega información sobre el acoso escolar en sus diferentes versiones, ante las graves consecuencias que ocasiona, tanto a nivel personal como familiar.
Cuesta creer que por el hecho de que un niño sea gordo, juegue mal al fútbol, destaque por su altura o simplemente caiga en desgracia, sin mas causa aparente , se le pueda truncar el desarrollo normal de la educación escolar e incluso su vida, porque hay uno o varios niños perseguidores en la escuela, que le hacen el vació, le insultan, le agreden e incluso puede haber niños y la propia comunidad escolar que no se dan por enterados de lo que esta pasando.
Es cierto que el acoso no es algo nuevo, ya que cada vez se van conociendo mas testimonios de personas que lo han padecido hace años y ahora desde su situación de adultos lo están dando a conocer, contando sus experiencias tremendamente esclarecedoras, que nos ayudan a entender como se ha ido tratando el tema a lo largo de los tiempos e incluso en la actualidad.
Elementos en común de algunos de los relatos: personas que no pudieron terminar los estudios y hoy en día no han superado una depresión; miedo a contar lo que pasa por las posibles represalias o por llegar a pensar que pueden tener parte de culpa; impotencia, terror y soledad; baja autoestima y problemas de salud que pueden llegar incluso al suicidio y en algunos casos, secuelas para toda la vida.
¿ Por que no se dan pasos efectivos en la erradicación del «bullying» ?, sin duda por el silencio de los niños, pero también de los adultos, porque en algunos centros y entre algunos profesores se niega la situación, porque aun se cree que puede resultar una mancha para el prestigio del centro y por otro lado vivimos cada vez mas, en una sociedad individualista donde no se prodiga la solidaridad, la tolerancia, la ayuda al otro y tratamos de mirar al otro lado para evitar problemas y que no nos salpique la situación.
Afortunadamente parece que se empieza a plantar cara al problema a través de madres y familias desesperadas, que condenan la indiferencia y piden respuestas. Se ha creado recientemente la plataforma TAVE, formada por mas de quinientas familias victimas del acoso. El sufrimiento les ha llevado a la determinación de dar este paso, con el fin de recabar mas apoyo publico y tratar de que haya respuestas de prevención y dotar a las victimas de recursos. Leía hace unos días que la Fundación ANAR de Ayuda a niños y adolescentes en riesgo atendió 25.000 consultas relacionadas con este problema en 2015. Siete de cada diez menores que marcaron su numero de teléfono, sufrían acoso a diario y desde hace mas de un año. En Euskadi el 13% de los escolares sufren violencia física y verbal y en el curso 2015-2016 hay 121 casos de acoso escolar confirmados, según datos publicados en el Diario Vasco.
Aunque es evidente que ha aumentado la conciencia social sobre sobre esta lacra, es insuficiente si no se persigue el objetivo de tolerancia cero hacia cualquier tipo de hostigamiento en las aulas. Hay que dotar de medios a los centros escolares, para detectar, prevenir y resolver las situaciones que vayan surgiendo ya que muchas veces los profesores no saben como actuar, viéndose sobrepasados por la situación. Sin olvidar que la educación en valores es fundamental, es en la prevención donde hay que poner mucha carga de trabajo. Si los centros escolares contaran con una enfermera escolar, este puede ser un profesional capacitado para trabajar en la detección y prevención del acoso escolar, ademas de otros miembros de la comunidad educativa. Todas las herramientas serán necesarias si se quiere erradicar el «bullyng».